Un acercamiento a la Magia Astrológica



En este taller de 2 horas hacemos una introducción en todas las tradiciones occidentales sobre la Magia Astrológica, el uso de sus símbolos, sellos, talismanes y amuletos. El encuentro fue realizado para el Club de Fe en el año 2021.




Construcción de la bruja y la práctica mágica

Ya había magia, sin embargo nunca había sido perseguida como tal, sostiene Silvia Federici en Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria. En la construcción de lo que sería el inicio del Terrorismo de Estado, la iglesia católica para sostener el feudalismo continental, comienza con la expropiación simbólica de la magia del cuerpo de quienes la practican. Es decir, que el poder de la magia no reside en quién la realiza, sino en Satanás, quién ha intervenido a través del cuerpo de esa mujer o de ese hombre, y ha realizado un acto mágico, ha maldecido a alguien, o ha enfermado una comunidad. Este poder, construido a través de la práctica religiosa, desata una serie de mecanismos de represión (conocidos como la Santa Inquisición) que examinará, juzgará y ejecutará a la población nómade y trashumante de Europa continental, erradicando toda práctica mágica, saber ancestral y oficio independiente a través del exterminio de mujeres. 

La acumulación originaria se genera a través de la expropiación y la invasión, cercar el territorio, la opresión a través de la acusación (a mujeres originarias o esclavos negros), el obreraje o el servilismo del territorio explotado. Por esto, la Conquista de América y la Caza de Brujas son fenómenos íntimamente intervinculados del mismo programa.

Este exterminio es además suscitado e incitado a través del rumor, y por ende la acusación, formando acá 4 principios propios del terrorismo de estado: el rumor, la represión, el juicio y la ejecución. Para poder hacer efectivo este aparato represivo se fabricaron entorno a la “caza de brujas” un montón de oficios (verdugo, notario, inspector, médico, etc.) que daban trabajo remunerado a los hombres en la persecución de “la bruja”. Ninguna de las mujeres que practicaban diferentes oficios como ser perfumista, partera (y también “abortera”) o hechicera era percibido por sus pares ni por sí misma como bruja, no es hasta la Inquisición que se construye esta figura y su delito son las prácticas rurales o ancestrales que siempre estuvieron allí, propios del saber específico de una comunidad o una tradición rural. 

Estos oficios dejan de ser realizados por estas mujeres mendicantes o nómadas, ya que son exterminadas, y pasan a las manos de los hombres (muchos de los instrumentos de tortura utilizados allí son similares a lo que serán los instrumentos de la obstetricia, por ejemplo), mientras que las mujeres que sí sobreviven a este exterminio no vivían solas en el campo, no trabajaban la tierra por su cuenta, estaban ligadas a estructuras de parentesco y matrimonio, tenían otra contextura física y genética y formaban parte del culto católico. Es decir que es diezmado un fenotipo y una corporalidad femenina que había sobrevivido a las revueltas feudales y que era independiente de ese sistema y ese esquema de parentescos.

Este saber que poseía la bruja no formaba parte de la práctica escrita que ponderaba el cogito cartesiano, por lo tanto lo que estaba en juego en la tradición rural ancestral se opone al programa moderno.

Bajo este aspecto, el concepto de práctica mágica que sobrevive a este periodo será hegemonizado y verticalizado por lo que es el saber litúrgico y luego la alquimia, oficiado por hombres, en secreto y para iniciados, mientras que la práctica mágica rural era oficiado por mujeres, en público y al servicio de una comunidad. 

Pero la magia “rural” o la brujería no deviene magia ceremonial, no continúa históricamente allí, ya que una tiene un programa y la otra forma parte del mundo del encanto, dónde son disueltas y son confusas las fronteras entre lo vegetal y lo animal o lo inanimado o lo humano, insuflado por un mismo espíritu. 

La magia ceremonial formará parte de la tradición escrita, de tratados y estudios, como la astrología occidental, religiosa, institucionalizada y reproduce el saber con el que es producida, por lo tanto forma parte de la lógica del producto.

La magia supone un contacto con la presencia (con la inmediatez, el clima, la naturaleza, lo caótico, lo desconocido, el acontecimiento, en comunión viva con mi vida y con lo vivo) mientras que el programa moderno le interesa predecir, programar y producir. Todo el mundo mágico es opuesto al mundo de la modernidad y al cogito cartesiano.